- El tiempo ha pasado, pero todo y nada ha cambiado,
hace una década nos habíamos proyectado, días anticipado,
hoy hace diez años habíamos deliberado lo que hoy hemos atesorado,
salud por todo lo conquistado, y nos hemos superado.
Amigo mío, parece mentira cómo siempre hemos estado el uno para el otro, y aunque este mundo insite en mantras profanando que la hermandad no existe; hemos demostrado qué siempre hemos estado el uno para el otro.
Me viste morir, me viste agonizar en esa sala, aquella noche. ¿Recuerdas?. Aquel día, ese momento marcó una deuda de honor samuraí que condonaré hasta que me vuelva a morir.
Tú querido amigo, fuiste la única persona que estuvo allí cuando mi tiempo sosegó su prisa. Días después me viste entrando por la puerta por la gracia de Dios quien me dió una prórroga, tiempo extra o extra innings cómo tu dices.
Hace diez años me viste volver a Caracas luego de una banca rota, y tu apoyo incondicional me ayudó a levantarme profesionalmente y convertirme en el hombre que soy.
Me has visto caer, me has visto mi cosmos encender, me has hecho entender, me has empujado a vencer, me has hecho fortalecer, me has cuestionado a más no poder, me has hecho un ser de saber.
Hemos vivido tiempos de entender, conocer, perecer, amanecer, ensordeser, reconocer, obedecer, componer, descomponer, aparecer, desaparecer y hasta rejuvencer.
Un amigo de verdad es atemporal
– Hermano, tú eres la razón por la que estoy aquí, y así como Seiya e Ikki pelean lado a lado, el honor de luchar a tu lado amigo mío es la razón de mi aventura.
Hace años, mejor dicho, una década atrás nos sentábamos a imaginarnos el futuro en mientras jugábamos a ser adultos. pasábamos horas y horas deliberando y proyectándonos en el tiempo que creíamos incierto desde aquella Caracas indomable.
Mira. El tiempo ha pasado.
Ha pasado una década. Puedes creerlo??
Una década más tarde estamos más proyectados que nunca.
– Hermano, tu eres mi orgullo. Y aunque te parezca exagerado tú eres una de las razones por las que sigo luchando. Por las que voy allá. Por las que sigo esta lucha que no entiendo.
Gracias por tanto y discúlpame por lo poco.
Tú eres la única familia que escogí como mía y por la que daría lo que tengo para que tú estés bien. No se explicar ese feeling.
– ¡Cuentas conmigo!. Da igual mi longitud y latitud porque llegaría a socorrerte ¿Sabes qué es lo más impresionante de todo esto?, En una década no hemos dejado de trabajar por lo que queremos.
Tómate unos minutos y no te enfoques en todo lo que te falta, la casa, la playa y la familia que visualizas. Mira todo lo que ha has logrado. En esos segundos tiienes que sentirte muy orgulloso, ¡Porque tú eres mi orgullo!.
Te prometí que iría lejos, llegaría lejos. ¡Aquí estoy más lejos que nunca sin ningún límite porque las respuestas empezaron a llegar!.
– Salud porque las mujeres dejaron de ser nuestro norte y ahora sólo nos guía la fé.
– Salud hermano, quería dedicarte estas palabras.
– Isaías, ¡Es un honor luchar a tu lado, amigo mío!.
Que Dios bendiga esta hermandad y que siempre pero siempre estemos el uno con el otro como dignos caballeros y santos de Athena.
Isaías Blanco.
Dedicado a Reyner Méndez, compañero de armas en la lucha por hacer sueños realidad.
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