- Maestro, ¿Por qué todo me sale mal?, ¿Por qué no tengo fuerzas?. Quiero saber la razón de este cansancio porque siento que no tengo energía.
- Si te quejas todo el día del entorno, y mal gastas tus energías pendiente de lo que hacen otras personas, es muy probable que al final del día no tengas energía para ti ya que fuiste necio y arrogante.
- Es que no entiendo. Si todo a mi alrededor me gusta y agrada, ¿Cómo no puedo quejarme?
- Tus quejas no cambiarán el ambiente, por el contrario, te sumergirán en un ambiente negativo que envenenará tu mente, corazón y espíritu.
Déjame recordarte que tú eres lo que piensas. ¡Si!, tus pensamientos son y serán la forma de energía que moldeará tu aura, definirá tu personalidad, escogerá el verbo de tu discurso y condicionará la forma en la que te relacionas con tu ambiente y comunidad.
Si tus pensamientos son negativos, pesimistas o rencorosos serás una persona mezquina, envidiosa, arrogante, insegura, insensata y de malos sentimientos. Pero en cambio agradeces la vida, valoras cada día, eres amable, sin rencores, deseas el bien, pides por el bienestar de tu entorno y te preocupas por vibrar con Dios, serás una persona noble, justa, amable, alegre, enérgica, y respetable.
Aunque los tiempos modernos insistan en hacernos creer que no existe ninguna relación entre la espiritualidad y la manifestación de nuestra energía en la tercera dimensión; es fundamental debatir que nuestra relación con el entorno depende de los estados mentales y emocionales que frecuentamos con frecuencia.
¿Cómo puedes esperar una vida mejor si tus pensamientos son contrariados?. Es más, vamos a ir más lejos: ¿Cómo puedes tener una vida más positiva y ser una persona de Fé si en tu mente sólo habitan pensamientos negativos hacia otros?.
Ahora bien, vamos a escalar el discurso a un meta-lenguaje metafísico. ¿Cómo puedes servir a tu propósito de vida si en tu “corazón” -espacio más profundo del inconsciente habita envidia, celo, desidia, odio, arrogancia, resentimiento, molestia, queja y desolación?.
Mentafísicamente es poco probable que disfrutes de una vida afortunada y próspera si tu mundo interior está cundido por pensamientos negativos. Los grandes maestros del Budismo Esotérico recuerdan que la única solución a la buena suerte en nuestro día a día pasa por la actitud mental. Ellos en sus innumerables lecciones han calcado que de nada sirve atender miles de templos al año, asistir a todas las ceremonias o finalizar múltiples rituales si no se tiene fe y el mal habita en nuestro pensamiento.
Por Isaías Blanco
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