Si bien la sintonía de los pensamientos con la materia, cuerpo y espíritu puede crear o conectar realidades más allá del espacio-tiempo y tercera dimensión, también puede generar una importante influencia sobre nuestro círculo social e interacciones diarias.
La mente humana es el órgano más importante del cuerpo, y a la vez la antena transmisora que conecta el mundo espiritual con la creación de Dios, y el puente que nos permite crear fluctuaciones en las líneas temporales vinculadas a una sucesión de eventos. No el destino.
Pero para entender mejor el concepto, primero hay que recalcar que La Atracción representa la suma de la fe aglutinada-expandida en pensamientos, intenciones, determinaciones, consecuciones, resoluciones y acciones orientadas a conseguir un objetivo claro, preciso, definido e inamovible.
En ese sentido, La Atracción se manifestará como una consecuencia tangible de cada uno de los pensamientos orientados a la meta en la tercera dimensión. Pero justo aquí hay que hacer una importante distinción que la mayoría de los “iluminados” de las redes sociales, podcast y youtube ignora; y es que nada, pero absolutamente nada ocurre en El Universo sin el beneplácito y aprobación de Dios.
Si, Dios es quien a través de sus cortes celestiales, arcángeles, ángeles y esferas espirituales concede favores a la humanidad cada vez que una persona reúne los méritos para disfrutar de una concesión universal.
Aunque la opinión pública desde hace más de un siglo cuestione que la fe y la ley de la atracción son fenómenos yuxtapuetos sin vínculo alguno, es fundamental distinguir que si bien “somos lo que pensamos, manifestamos lo que pensamos, y hacemos lo que pensamos”, también hay que sentar que “somos una consecuencia de las creencias, experiencias y vivencias”.
Entonces, ¿Por qué no todo el mundo desarrolla lo que quiere?, ¿Por qué no todas las personas cumplen sus metas?, ¿Qué les falta a quienes se quedan a mitad de camino o ni siquiera empiezan?, ¿Cómo se logra una meta? y ¿Cómo mantener cumpliendo metas durante toda la vida?.
Las anteriores incógnitas ameritan una segunda línea de pensamiento que colinda con los linderos de la metafísica, ya que es inevitable cuestionarse ¿Qué se necesita para cumplir una meta?, ¿Todas las personas merecen cumplir sus metas?, ¿Cómo se desarrolla el talante para cumplir una meta?.
Por más intentos, explicaciones y suposiciones propuestas por la psicología moderna junto a las corrientes pseudo espirituales, cumplir metas conlleva una fuerza espiritual universal que solo la otorga Dios.
La Atracción es un Poder de Dios
Inciso, justo aquí impera el sentido común para entender y atinar una lectura que va más allá de los seis sentidos, porque puede inquietar le hecho que personas sin fe, -y sin relación alguna con Dios- atraigan cientos de cosas positivas, cumplan sus metas y manifiesten el poder de la atracción.
¡Claro que La Atracción puede ser desarrollada por personas sin fe y relación con Dios!. Por supuesto que sí. ¿Por qué?. Sencillo, y es que como la humanidad es una representación creada a su imagen y semenjanza, goza de su poder y divinidad en su pensamiento y acción, ya que Dios siempre quiere lo mejor para todos y cada uno de los humanos. Pero allí, justo cuando el humano entiende que tiene poder sobre el uso de su energía, puede venir la arrogancia de negar a Dios, excluir su influencia sobre cada milagro y proclamar que con el pensamiento humano basta.
Esa la arrogancia capaz de excluir a Dios, es la misma razón que atrae a las entidades oscuras a tomar posesión del círculo de energía cercano a todas las personas que creyeron no necesitar a Dios porque con La Atracción era autosufuciente.
¿Cómo es la vida de las personas que niegan la presencia de Dios?, ¿Cuáles son las características personales de los individuos que afirman que Dios no es necesario?. ¿Cómo viven?, ¿Cuáles son los rasgos de su comportamiento? y ¿Cómo fallecen?.
Las respuestas a esas preguntan vienen como vendavales cada vez que se visualiza el desenlace de una persona que no valoró el poder que Dios le otorgó y se dejó cegar por el orgullo arrogante de creer ser suficiente.
En tanto, y para concluir, La Atracción es un poder, es una forma de manifestar la voluntad de Dios y ejercer una millonésima parte de su legado en la humanidad, siempre y cuando comulgue con la sabiduría terrenal de orientar acciones, pensamientos, directrices, costumbres, métodos, rutinas, cultura, creencias, dialecto, amistades, referencias, expresiones, repeticiones y mantras concentrados en llevar la situación actual al momento del espacio tiempo deseado en línea recta.
Por más que severas bibliografías digitales y tratados de espiritualidad online traten a La Atracción como un fenómeno humano, es vital afrontar que es una causa y consecuencia del Gran Poder de Dios otorgado a la humanidad para que honre a su familia y mejore la calidad de vida la comunidad donde se hace vida.
En un mundo digitalizado y expuesto a una casi infinita fuente de información, discernir con humildad información valiosa de contenido será clave para que la humanidad pueda entender que La Atracción es una pregunta en vez de una respuesta. ¿Cómo atraer la felicidad?, ¡Con fe, solo la fe da felicidad eterna y duradera!.
Isaías Blanco.
Leave a Reply